miércoles, 18 de febrero de 2009


Una pared oscura te
separaba de la vida.

El dolor cortándote los huesos
un silencio de tumba subiendo hasta la boca.

Entonces, Rufina
aparecía el blanco
un olor de muerte
las líneas que dejaste en el cajón
y ese grito sordo llevándote
para siempre.
Para siempre.





Foto: Melina Salman

5 comentarios:

Anónimo dijo...

solo hay luz en tus fotos, en tus ojos,, en tus palabras,,,
desde el rio que te vio,
desde el viento que te recorrió. desde el sol..desde lo sauces de la orilla te saludo
carlos

Ojaral dijo...

Eso sí que da miedo, eh. A mí de chico la catalepsia me asustaba bastante. Eso por la historia. En cuanto a la foto, un hallazgo. Más si uno ignora a qué figura pertenece el pie.
Saludos!

Max dijo...

Pobre Rufina siempre tan inoportuna. Que bueno es saber que lo que estamos viviendo va a ser eterno en nuestro recuerdo, siempre y cuando me funcionen mis papelitos mentolíticos. Saludos ñandulenses afectuosos desde Coronel Pestañal.

MAGDA TAGTACHIAN dijo...

conmueven, foto y texto. saludos melina. muy sentido tu blog

MAGDA TAGTACHIAN dijo...

conmueven, foto y texto. saludos melina. muy sentido tu blog