Ni caballitos de madera
ni sueños en colores.
El niño muerto camina
y acepta entre
sombras
la vida a cielo abierto.
En blanco y negro
el niño contruye
futuro a fuerza
de navaja,
descansa su cuerpo
condenado entre cartones
y sueña
en almohada de cemento
la vida de calesita
que nunca fue.
Foto: Melina Salman
3 comentarios:
Melina
Tu poema es hermoso, pero mi corazón se estrujó mucho. Es tan hermosa como doliente, la historia de este niño.
Un abrazo
exactamente a esta hora hay un niño en la calle
Muy bueno!!!!
saludos.
Publicar un comentario